CHILE
Fecha de Emisión; 14 de Septiembre de 1996
Cuatro hermosos sellos en block, todos con el mismo valor facial $
200, emitidos en 1996 en honor del Centenario del Cuerpo de Bomberos de Castro.
Los temas corresponden a algunas reliquias que se conservan en diversos Cuerpos
de Chiloé. El diseño, destacable por su simpleza y sobriedad, es obra del
artista, L. Ruiz-Tagle P.


El primero
de los sellos corresponde a una Bomba Lancia
Italiana del año 1937.
Desde
1926 hasta 1937, la Tercera Compañía de Bomberos de Castro, no poseía Material
Mayor, por lo que su trabajo era el de apoyo a las Compañías existentes en esa
época. En los primeros años, su labor era el manejo de bicheros, hachas palas y
baldes, pero el uso de los "gallos" fue relevante en su historia, por
12 años demostró la eficiencia de los Voluntarios, pese a no contar con una
bomba. A fines de 1937, llega a Castro la primera bomba-automóvil (Lancia), la
que es asignada a la Tercera Compañía la cual se preparó con antelación para la
llegada de la máquina. Por fin Castro contaba con máquinas modernas, lo que
provocó un gran revuelo en la comunidad. Desde 1937 a 1942, ésta fue la única
bomba que tenía el Cuerpo de Bomberos, lo que la desgastó debido al arduo
trabajo al que fue sometida, cuando ya no pudo más, se vendió por partes ya que
no tenía reparación.
Para el segundo sello se
escogió un Carro Bomba Ford A, Motor V8 Año 1940
Esta
Bomba se encuentra bajo el cuidado de la Segunda Compañía del Cuerpo de
Bomberos de Castro, “Bomba
Chiloé-España”, fundada el 29 de abril de 1900, bajo el lema “Unión y
Confraternidad”. En 1941, el Cuerpo de Bomberos de Castro requería urgentemente
una renovación del Material Mayor, corroborado en la praxis, por los constantes
siniestros a inicios de los años ‘40, que preocupaban a los castreños,
especialmente luego que en 1935 comienza la novedad de los Seguros contra
incendios, muchas veces usufructuados de mala forma. El Gobierno de don Juan
Antonio Ríos (1942-1946) beneficia a la ciudadanía castreña con un nuevo Carro-Bomba,
necesidad sentida por los Bomberos de la Segunda Compañía, más aún, cuando era
la única Compañía sin disponer de Material Mayor. El Alcalde del período don
Felipe Montiel Márquez, Bombero segundino, expresa en el discurso de
bienvenida, que esta Bomba fue adquirida prácticamente con fondos propios
recolectados por la Segunda Compañía, aprovechando las garantías y beneficios
otorgados, por la Caja de Crédito Hipotecario, siendo intermediaria la firma
importadora “Hermann Hnos. y Gastellú Ltda.” de Concepción, cuya carrocería fue
armada en “Lavanchi Hnos.” de Santiago.
La máquina es una Bomba-Automóvil, marca Ford A, V.8, año 1940,
modelo Champion-Tipo M con motor; importada directamente de las fábricas
norteamericanas. Destaca por su amplio compartimiento trasero para voluntarios,
escalas laterales de madera barnizadas, mangueras semirígidas de succión en sus
costados, “chorizos”, campana-alarma sobre el pasamanos trasero, acelerador
manual regulable, sistema de refrigeración automático, cuatro carretes
desmontables en sus costados, “pollos”. Su cabina, con capacidad para dos
personas, contaba con instrumental inglés (Bronce Brushed Movement), y
presentaba los siguientes detalles técnicos: palanca al piso con cuatro cambios
y enganche en neutro al operar la turbina, marcador de libras (150 de presión)
de entrada hídrica a la turbina, freno de mano, cuenta revoluciones, toma de
aire para partida, luz alta y baja, amperímetro (carga de batería), marcador de
combustible con tres parámetros: vacío, medio, lleno, marcador de temperatura
indicando caliente, tibio, frío, además una batería de seis volts, que no es
común en vehículos.
Tiene dos
salidas de agua, desalojando 1.800 lts. por minuto, con una altura por pitón de
hasta 30 metros. No tiene estanque de agua, sino que era sustituido por una
excelente turbina, su mejor arma técnica. La sirena destellante sobre la cabina
y el “Papí” o bocina manual, operado por el copiloto, fueron comprados a
posteriori por los segundinos e incorporados a la bomba. Alcanzaba la
extraordinaria velocidad de 100 km/hr, en resumen, una bomba último modelo,
revolucionaria, orgullo tecnológico de esa época. Cumplió también servicio en
la joven 7ma. Compañía de Castro, ubicada en Rilán, donde su llegada fue todo
un acontecimiento, aplausos y manifestaciones al ingresar raudamente
recorriendo las callejuelas y la plaza acompañada de Bomberos de la 2ª y de la
7ª Compañía. Una fraternal convivencia concluyó aquel día glorioso.
El carro
bomba, debido a su antigüedad y las reparaciones, debió quedar fuera de
servicio, en el año 1988 es retornada a Castro.
Hoy esta
bomba, bautizada cariñosamente como la joyita, se encuentra en el Cuartel
General de la Institución y el año recién pasado fue declarada monumento
nacional en la categoría de monumento histórico, siendo uno de los argumentos
de esta nominación, que es la única bomba en Chile que ha paseado a tres Presidentes
de la República: Juan Antonio Ríos Morales en 1944, Gabriel González Videla en 1948
y Carlos Ibáñez del Campo en 1953.
El siguiente, muestra una Bomba
Manual de 4 tiempos Gorlitz G.A. Fischer
Reliquia bomberil que mantiene bajo su cuidado la 4ª Cía. del
Cuerpo de Bomberos de Castro, fundada el 11 de Junio de 1933 con el lema
“Cooperación y Superación”. A mediados de la década del 30, se recibieron las
buenas nuevas de la llegada de la bomba. El Cuerpo formado la esperó en el
puerto de Castro, porque llegó por vía marítima. La comunidad satisfecha y
emocionada, comentaba sobre sus detalles técnicos. Era una bomba manual, tipo
carretón, con motor a explosión a bencina sobre la estructura, de 4 tiempos,
marca G.A. FISCHER GÖRLITZ, de 4 cilindros. Posee un cuerpo de bomba en la
sección posterior, totalmente de bronce, con manómetro de presión de salida,
cebador y los elementos técnicos complementarios.
Estaba dotada de 6 chorizos,
2 salidas de agua para mangueras de 70 mm. Importada por la firma Folsch y Cía.
de Valparaíso. Fue una verdadera sensación para su época y debía ser conducida
por Bomberos de fuerte contextura quienes la tiraban desde un pértigo metálico,
tipo lanza moviendo así sus dos ruedas recubiertas de una huincha de hierro. En
las emergencias y con los bomberos corriendo alcanzaba gran velocidad, y los
voluntarios se reemplazaban o turnaban para que no decayera dicho impulso. El
material menor: mangueras, pitones, gemelos y otros accesorios eran conducidos
a fuerza de brazos o en cajoneras ad oc.
Con esta bomba se efectuaron excelentes trabajos, respondió eficientemente por
más de 16 años a las exigencias sometidas, siendo muy estimada por los cuartinos,
quienes la apodaron cariñosamente como la “Burrita”,
debido que al momento de encenderla se taimaba y era porfiada para partir, como
decían los Voluntarios. Fue su principal elemento de apoyo en todas las
contingencias y sus Maquinistas y técnicos, se empeñaron en cuidarla, repararla
y adornarla. Hasta la segunda mitad de los años 50 asistió impulsada por los
voluntarios, a todos los llamados de emergencia, cumpliendo con notable
regularidad y convirtiéndose en el orgullo de los cuartinos. En el año 1950 las
únicas máquinas del Cuerpo de Bomberos eran el Ford A de la Segunda y la Bomba Manual
de la Cuarta, por ello, existía preocupación por su mantención y en virtud de
una orden de Comandancia que solicita se revisen dichas máquinas, se concluye
que:
“...la bombita de la cuarta está en perfectas condiciones para laborar...” .
Hoy se mantiene
como una reliquia, reconociéndole y valorando, su entrega al servicio que tuvo
en sus años de esplendor.
Finalmente, el último de
los sellos corresponde a una Bomba a Brazo o Palanca. Año 1907
El año
1906 el Cuerpo de Bomberos se engalana, después de 11 años, gran júbilo en
nuestra ciudad origina la llegada de la primera “Bomba de Palanca a Tracción
Humana”, la cual fue donada por el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, quienes la
importaron desde Estados Unidos en 1852, construida por Hamenway and Sons, esta
máquina había prestado largos y valiosos servicios a la Institución portuaria.
Tal situación demostró la capacidad resolutiva, emprendedora y de gestión del
Directorio General, que comprendió la relevancia de disponer de una máquina que
utilizaba el agua, más otros elementos complementarios, haciendo de esta
adquisición bomberil, un hecho inédito e histórico. La moderna Bomba a Palanca,
causó admiración en la comunidad cuando fue desembarcada, en una especie de
botes planos llamados “chatas” desde el navío “Pudeto”, que la trasladó desde
Puerto Montt al puerto local.
Una auténtica procesión contempló y acompañó a la pequeña bomba
hasta el Cuartel. Con legítimo orgullo, sentido no sólo por los bomberos sino
por toda la población local, que veía como eran satisfechos sus anhelos de
mayor resguardo. Su incorporación definitiva, inmersa en el característico
bautizo y recepción pública con las autoridades civiles y bomberiles, fue una
auténtica fiesta comunitaria. La
característica de la maquinaria, era una Bomba a Brazos o Palanca, apodada “El Bombín”, por el movimiento de
brazos que debían hacer los bomberos ubicados a pares o de a tres, en ambos
lados de los mangos de madera unidos a una barra metálica que atravesaba la
pieza. Para accionarla efectuaban un movimiento uniforme y regular de “sube…baja…” con gritos al unísono de “agua…fuego”, alternándose cada tres o
cinco minutos, porque el bombeo con las palancas, agotaba en no más de 15
minutos, debiendo trabajar por turnos. Esta acción, provocaba una inyección de
aire a presión, al engranaje interno de unas estructuras tubulares, lo cual
derivaba en que el agua surgiera con relativa fuerza por su salida de unión
anillada de 65 mm. hacia el clásico pitón y la sola línea de manguera que podía
operar en un siniestro. Era un auténtico ariete sobre ruedas, que en su costado
tenía una entrada de agua donde se le unía un chorizo que, instalado en una
acequia o pozo surtía a la bomba de agua para proyectarla posteriormente con la
fuerza manual de los bomberos al pitón. Estaba equipada además, con dos ruedas
recubiertas de hierro y palillos, conexas a una viga de madera en cuya punta
tenía una estructura de hierro similar a una argolla, dicha pieza servía de eje
para las ruedas, dándoles el giro requerido para su desplazamiento en cualquier
dirección. Se suponía que desde allí, se amarraban uno o dos caballos para
conducirla a mayor velocidad, sin embargo la Compañía utilizó voluntarios para
este fin ya que con sólo dos de ellos podían efectuar tal acción sin muchas
complicaciones, o sea, a tracción humana. También disponía de dos soportes
metálicos en la otra sección como apoyo a toda la estructura en sustitución de
las ruedas. Así, al detener la pequeña bomba para laborar se sostenía
firmemente, evitándose vibraciones u otros movimientos, aunque se requería de
gran esfuerzo para hacerla funcionar. Sin duda, una máquina simple y sin
mayores elementos técnicos, que resultaba impactante para los castreños de entonces,
verla trabajar. Fue la bomba que concurrió a todos los incendios desde 1906 y
se incorporó como Material Mayor a la Primera Compañía, aunque en esos años, el
trabajo ejecutivo con la bomba a brazos, se compartía en acción conjunta, con
la Segunda. Hoy ésta reliquia bomberil se encuentra asignada a la 3ª Compañía
del Cuerpo de Bomberos de Castro, fundada el 1º de Mayo de 1926, con el lema
“Deber y Abnegación”.
Se
emitieron dos Sobres Primer Día, con pareja de sellos y matasellos ad hoc.
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