“El deber los condujo al heroísmo, el heroísmo los llevó a la muerte, y la muerte, les abrió las puertas de la gloria”

sábado, 23 de febrero de 2008

100 AÑOS DEL CUERPO DE BOMBEROS DE CASTRO

CHILE

Fecha de Emisión; 14 de Septiembre de 1996 

Cuatro hermosos sellos en block, todos con el mismo valor facial $ 200, emitidos en 1996 en honor del Centenario del Cuerpo de Bomberos de Castro. Los temas corresponden a algunas reliquias que se conservan en diversos Cuerpos de Chiloé. El diseño, destacable por su simpleza y sobriedad, es obra del artista, L. Ruiz-Tagle P.






El primero de los sellos corresponde a una Bomba Lancia Italiana del año 1937.

Desde 1926 hasta 1937, la Tercera Compañía de Bomberos de Castro, no poseía Material Mayor, por lo que su trabajo era el de apoyo a las Compañías existentes en esa época. En los primeros años, su labor era el manejo de bicheros, hachas palas y baldes, pero el uso de los "gallos" fue relevante en su historia, por 12 años demostró la eficiencia de los Voluntarios, pese a no contar con una bomba. A fines de 1937, llega a Castro la primera bomba-automóvil (Lancia), la que es asignada a la Tercera Compañía la cual se preparó con antelación para la llegada de la máquina. Por fin Castro contaba con máquinas modernas, lo que provocó un gran revuelo en la comunidad. Desde 1937 a 1942, ésta fue la única bomba que tenía el Cuerpo de Bomberos, lo que la desgastó debido al arduo trabajo al que fue sometida, cuando ya no pudo más, se vendió por partes ya que no tenía reparación.




Para el segundo sello se escogió un Carro Bomba Ford A, Motor V8 Año 1940 

Esta Bomba se encuentra bajo el cuidado de la Segunda Compañía del Cuerpo de Bomberos de Castro, “Bomba Chiloé-España”, fundada el 29 de abril de 1900, bajo el lema “Unión y Confraternidad”. En 1941, el Cuerpo de Bomberos de Castro requería urgentemente una renovación del Material Mayor, corroborado en la praxis, por los constantes siniestros a inicios de los años ‘40, que preocupaban a los castreños, especialmente luego que en 1935 comienza la novedad de los Seguros contra incendios, muchas veces usufructuados de mala forma. El Gobierno de don Juan Antonio Ríos (1942-1946) beneficia a la ciudadanía castreña con un nuevo Carro-Bomba, necesidad sentida por los Bomberos de la Segunda Compañía, más aún, cuando era la única Compañía sin disponer de Material Mayor. El Alcalde del período don Felipe Montiel Márquez, Bombero segundino, expresa en el discurso de bienvenida, que esta Bomba fue adquirida prácticamente con fondos propios recolectados por la Segunda Compañía, aprovechando las garantías y beneficios otorgados, por la Caja de Crédito Hipotecario, siendo intermediaria la firma importadora “Hermann Hnos. y Gastellú Ltda.” de Concepción, cuya carrocería fue armada en “Lavanchi Hnos.” de Santiago.

La máquina es una Bomba-Automóvil, marca Ford A, V.8, año 1940, modelo Champion-Tipo M con motor; importada directamente de las fábricas norteamericanas. Destaca por su amplio compartimiento trasero para voluntarios, escalas laterales de madera barnizadas, mangueras semirígidas de succión en sus costados, “chorizos”, campana-alarma sobre el pasamanos trasero, acelerador manual regulable, sistema de refrigeración automático, cuatro carretes desmontables en sus costados, “pollos”. Su cabina, con capacidad para dos personas, contaba con instrumental inglés (Bronce Brushed Movement), y presentaba los siguientes detalles técnicos: palanca al piso con cuatro cambios y enganche en neutro al operar la turbina, marcador de libras (150 de presión) de entrada hídrica a la turbina, freno de mano, cuenta revoluciones, toma de aire para partida, luz alta y baja, amperímetro (carga de batería), marcador de combustible con tres parámetros: vacío, medio, lleno, marcador de temperatura indicando caliente, tibio, frío, además una batería de seis volts, que no es común en vehículos.

Tiene dos salidas de agua, desalojando 1.800 lts. por minuto, con una altura por pitón de hasta 30 metros. No tiene estanque de agua, sino que era sustituido por una excelente turbina, su mejor arma técnica. La sirena destellante sobre la cabina y el “Papí” o bocina manual, operado por el copiloto, fueron comprados a posteriori por los segundinos e incorporados a la bomba. Alcanzaba la extraordinaria velocidad de 100 km/hr, en resumen, una bomba último modelo, revolucionaria, orgullo tecnológico de esa época. Cumplió también servicio en la joven 7ma. Compañía de Castro, ubicada en Rilán, donde su llegada fue todo un acontecimiento, aplausos y manifestaciones al ingresar raudamente recorriendo las callejuelas y la plaza acompañada de Bomberos de la 2ª y de la 7ª Compañía. Una fraternal convivencia concluyó aquel día glorioso.

El carro bomba, debido a su antigüedad y las reparaciones, debió quedar fuera de servicio, en el año 1988 es retornada a Castro.

Hoy esta bomba, bautizada cariñosamente como la joyita, se encuentra en el Cuartel General de la Institución y el año recién pasado fue declarada monumento nacional en la categoría de monumento histórico, siendo uno de los argumentos de esta nominación, que es la única bomba en Chile que ha paseado a tres Presidentes de la República: Juan Antonio Ríos Morales en 1944, Gabriel González Videla en 1948 y Carlos Ibáñez del Campo en 1953.



El siguiente, muestra una Bomba Manual de 4 tiempos Gorlitz G.A. Fischer

Reliquia bomberil que mantiene bajo su cuidado la 4ª Cía. del Cuerpo de Bomberos de Castro, fundada el 11 de Junio de 1933 con el lema “Cooperación y Superación”. A mediados de la década del 30, se recibieron las buenas nuevas de la llegada de la bomba. El Cuerpo formado la esperó en el puerto de Castro, porque llegó por vía marítima. La comunidad satisfecha y emocionada, comentaba sobre sus detalles técnicos. Era una bomba manual, tipo carretón, con motor a explosión a bencina sobre la estructura, de 4 tiempos, marca G.A. FISCHER GÖRLITZ, de 4 cilindros. Posee un cuerpo de bomba en la sección posterior, totalmente de bronce, con manómetro de presión de salida, cebador y los elementos técnicos complementarios. 

Estaba dotada de 6 chorizos, 2 salidas de agua para mangueras de 70 mm. Importada por la firma Folsch y Cía. de Valparaíso. Fue una verdadera sensación para su época y debía ser conducida por Bomberos de fuerte contextura quienes la tiraban desde un pértigo metálico, tipo lanza moviendo así sus dos ruedas recubiertas de una huincha de hierro. En las emergencias y con los bomberos corriendo alcanzaba gran velocidad, y los voluntarios se reemplazaban o turnaban para que no decayera dicho impulso. El material menor: mangueras, pitones, gemelos y otros accesorios eran conducidos a fuerza de brazos o en cajoneras ad oc.  Con esta bomba se efectuaron excelentes trabajos, respondió eficientemente por más de 16 años a las exigencias sometidas, siendo muy estimada por los cuartinos, quienes la apodaron cariñosamente como la “Burrita”, debido que al momento de encenderla se taimaba y era porfiada para partir, como decían los Voluntarios. Fue su principal elemento de apoyo en todas las contingencias y sus Maquinistas y técnicos, se empeñaron en cuidarla, repararla y adornarla. Hasta la segunda mitad de los años 50 asistió impulsada por los voluntarios, a todos los llamados de emergencia, cumpliendo con notable regularidad y convirtiéndose en el orgullo de los cuartinos. En el año 1950 las únicas máquinas del Cuerpo de Bomberos eran el Ford A de la Segunda y la Bomba Manual de la Cuarta, por ello, existía preocupación por su mantención y en virtud de una orden de Comandancia que solicita se revisen dichas máquinas, se concluye que: “...la bombita de la cuarta está en perfectas condiciones para laborar...” .

Hoy se mantiene como una reliquia, reconociéndole y valorando, su entrega al servicio que tuvo en sus años de esplendor.



Finalmente, el último de los sellos corresponde a una Bomba a Brazo o Palanca. Año 1907


El año 1906 el Cuerpo de Bomberos se engalana, después de 11 años, gran júbilo en nuestra ciudad origina la llegada de la primera “Bomba de Palanca a Tracción Humana”, la cual fue donada por el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, quienes la importaron desde Estados Unidos en 1852, construida por Hamenway and Sons, esta máquina había prestado largos y valiosos servicios a la Institución portuaria. Tal situación demostró la capacidad resolutiva, emprendedora y de gestión del Directorio General, que comprendió la relevancia de disponer de una máquina que utilizaba el agua, más otros elementos complementarios, haciendo de esta adquisición bomberil, un hecho inédito e histórico. La moderna Bomba a Palanca, causó admiración en la comunidad cuando fue desembarcada, en una especie de botes planos llamados “chatas” desde el navío “Pudeto”, que la trasladó desde Puerto Montt al puerto local.

Una auténtica procesión contempló y acompañó a la pequeña bomba hasta el Cuartel. Con legítimo orgullo, sentido no sólo por los bomberos sino por toda la población local, que veía como eran satisfechos sus anhelos de mayor resguardo. Su incorporación definitiva, inmersa en el característico bautizo y recepción pública con las autoridades civiles y bomberiles, fue una auténtica fiesta comunitaria. La característica de la maquinaria, era una Bomba a Brazos o Palanca, apodada “El Bombín”, por el movimiento de brazos que debían hacer los bomberos ubicados a pares o de a tres, en ambos lados de los mangos de madera unidos a una barra metálica que atravesaba la pieza. Para accionarla efectuaban un movimiento uniforme y regular de “sube…baja…” con gritos al unísono de “agua…fuego”, alternándose cada tres o cinco minutos, porque el bombeo con las palancas, agotaba en no más de 15 minutos, debiendo trabajar por turnos. Esta acción, provocaba una inyección de aire a presión, al engranaje interno de unas estructuras tubulares, lo cual derivaba en que el agua surgiera con relativa fuerza por su salida de unión anillada de 65 mm. hacia el clásico pitón y la sola línea de manguera que podía operar en un siniestro. Era un auténtico ariete sobre ruedas, que en su costado tenía una entrada de agua donde se le unía un chorizo que, instalado en una acequia o pozo surtía a la bomba de agua para proyectarla posteriormente con la fuerza manual de los bomberos al pitón. Estaba equipada además, con dos ruedas recubiertas de hierro y palillos, conexas a una viga de madera en cuya punta tenía una estructura de hierro similar a una argolla, dicha pieza servía de eje para las ruedas, dándoles el giro requerido para su desplazamiento en cualquier dirección. Se suponía que desde allí, se amarraban uno o dos caballos para conducirla a mayor velocidad, sin embargo la Compañía utilizó voluntarios para este fin ya que con sólo dos de ellos podían efectuar tal acción sin muchas complicaciones, o sea, a tracción humana. También disponía de dos soportes metálicos en la otra sección como apoyo a toda la estructura en sustitución de las ruedas. Así, al detener la pequeña bomba para laborar se sostenía firmemente, evitándose vibraciones u otros movimientos, aunque se requería de gran esfuerzo para hacerla funcionar. Sin duda, una máquina simple y sin mayores elementos técnicos, que resultaba impactante para los castreños de entonces, verla trabajar. Fue la bomba que concurrió a todos los incendios desde 1906 y se incorporó como Material Mayor a la Primera Compañía, aunque en esos años, el trabajo ejecutivo con la bomba a brazos, se compartía en acción conjunta, con la Segunda. Hoy ésta reliquia bomberil se encuentra asignada a la 3ª Compañía del Cuerpo de Bomberos de Castro, fundada el 1º de Mayo de 1926, con el lema “Deber y Abnegación”.



Se emitieron dos Sobres Primer Día, con pareja de sellos y matasellos ad hoc.




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